The Batman

El séptimo arte nos ha permitido contar un sin número de historias, que muy probablemente no serían las mismas sin estas composiciones. 

The Batman musicalmente nos lleva por un camino muy humano, donde el miedo, la incertidumbre y la duda nos abraza lentamente mientras los minutos se suman al reloj. Además de esto cada personaje se encuentra en una encrucijada por entender su lugar en esta cadena de hechos catastróficos. Es la suma de estos dos elementos que hacen que el score haga su presentación. 

La música se vuelve un acompañante más, es un personaje no visible que poco a poco nos susurrara lo que los protagonistas están sintiendo y pensando. En este largo camino nos van dando pinceladas de lo que Gotham City se ha convertido, sus calles y sus habitantes sin palabras, nos hacen ver un mundo descuidado y en decadencia. Pero una vez más la música se convierte en la voz de estos elementos inaudibles que nos hace entender el cúmulo de sentimientos que guardan entre sus grietas. 

Michael Giacchino con maestría y elegancia nos entrega un monumento musical sin precedentes, un score lleno de inquietantes sonidos, explosivos momentos y ligeros pero desesperantes momentos de calma.

Esta reseña había llegado hasta al punto anterior. Así que la compartí con amigo el cual me dijo el siguiente comentario y cito; «una cosa es hacer un score… pero otra muy distinta es que te den el score de Batman, Superman o Star Wars». En ese momento me di cuenta de que había quedado muy corto y que el legado de los scores de Batman es tan importante como el mismo Batman.

El pasar de los años nos han dejado grandes y memorables scores y quizá como yo, muchos recuerden la clásica música que repetitivamente decía Batman y fue la joya en las épocas de Adam West. Otro de los más memorables para mí y me lleno de grandes recuerdos a lo largo de mi infancia fue la introducción para Batman: The Animated Series compuesta por Danny Elfman, era una emoción incontrolable.

Ambas tienen en común una particularidad, al momento de escucharlos nuestra mente nos lleva inmediatamente a la personalidad de cada uno de ellos y el ambiente donde se desarrollan sus historias, por una parte, Batman de Adam West, trae a mi mente la chispa de sus diálogos, las onomatopeyas que brincaban en cada golpe y el icónico spray anti-tiburones. Por su parte Danny Elfman creo un estilo más dramático, oscuro y un toque de heroísmo que empata perfectamente con la animación, su narrativa y ambiente un tanto noir.

Estos dos ejemplos es una mínima parte de lo que podemos encontrar en el mundo cinematográfico de Batman y que han marcado generaciones y donde siempre saltan las palabras «Yo crecí con este Batman» y se crea una serie de datos y curiosidades que nos hacen sentir que nuestro Batman, es único y no existe comparación alguna. 

Regresando a The Batman y Michael Giacchino además de lo mencionando su composición incorpora dramatismo, por momentos podemos escuchar bajos pero constantes sonidos de reloj; tic tac, tic tic provocando que el corazón se acelere, algunas secciones de los violines que sostienen este terror para desembocar en unas percusiones gigantescas, que acompañan unas de las persecuciones más memorables del cine. Los vocales que añaden el toque siniestro y de incertidumbre que nos develan poco a poco al villano, que a su vez entrega una serie de pistas que llevarán a la verdad.

Esta composición que acompaña estos elementos y muchos otras más no llevarán al recuerdo de un Bruce Wayne solitario, confundido, perturbado y sobre todo vulnerable. Pero al mismo tiempo nos devela un Batman, analítico, enojado y enfocado, donde la suma de sus esfuerzos poco a poco nos muestra al héroe de Gotham y al villano del mundo criminal. 

Por esta razón el score creado por Michael Giacchino pasará la historia como una de las composiciones mejor escritas y sobre todo por que con elegancia y originalidad nos ha regalado unos de los mejores recuerdos para los fanáticos de Batman.

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