Encontramos una extraña mezcla de rock con tintes de post-punk creando una atmósfera sin igual.
Los vocales son la pieza que nos regala la calma, es realmente impresionante los tonos y su belleza, Blue Chalk en sus primeros segundos son mágicamente tranquilizantes, lentamente comienza a subir de volumen y las distorsiones terminan de agregar el sonido caótico. Still y Seed son catárticas, sus ritmos aceleran creando un estado de éxtasis explosivo.
El disco es bastante placentero de escuchar, su claridad sonora y los cambio de ritmos lo hacen de ser sombrío a brindar una extraña paz. El balance entres sus canciones es perfecto y poco predecible haciendo que esta producción aumente su valor.
También debemos destacar la portada; un estilo de acuérdela que se acercan de manera visual a las sensaciones trasmitidas en su música.