Candelabrum – Una perspectiva diferente
Desde hace un tiempo tenía la idea de hacer una entrada relacionada con los festivales. Uno de los primeros pensamientos era analizar la excesiva cantidad de festivales y la pésima curaduría. Con esta premisa, mi objetivo era hacer ver que los festivales se hacen sin razón ni propósito. Al final del día jamás la redacté y después de asistir a la tercera edición del Candelabrum, las ganas de despotricar odio hacia los festivales desaparecieron (un poco).
Las líneas que van a leer van más allá de analizar la organización, los precios de comida, la merch o la logística. Esta entrada está dedicada a las emociones y momentos que me hicieron sentir una inyección de vida.

En términos generales, cada una de las bandas dio un show de ensueño, se entregaron completamente al público mexicano e hicieron reventar a nuestros oídos. Pero algunas de ellas me brindaron momentos muy especiales.
Dismember es una de las bandas que estaba obsesionado en la preparatoria y 15 años después pude disfrutarla y no estaba solo. Cosa del destino me reencontré con un amigo de aquella época con el que compartimos esta obsesión por la banda.
Otro de los grandes momentos fue el segundo día al poder ver a Pagan Altar, Hellripper, Psychonaut 4, Sólstafir, Gorgorth y Exodus. Todas estas bandas jamás había tenido la oportunidad de verlas, así que fue mi primera vez y para algunas de ellas también su visita a tierras mexicanas.

Ahora bien, Candelabrum me permitió el explorar y descubrir nuevas bandas. Cruel Force me pareció impresionante su desempeño y su forma de mover al público mexicano. Por otra parte, conocí a Picture que me sorprendió con su energía, actitud y su cátedra de Heavy Metal. Sin duda, la edad es solo un pretexto. Pensar que una leyenda de los 80s, continúa ofreciendo shows de esta magnitud, es para ponerse de pie.
Así me podría ir con cada una de las bandas de este festival, pero lo más importante es que todo esto lo disfrute en compañía de familia y amigos. Suena romántico, pero es la verdad. Cada una de las bandas conocidas o desconocidas me hizo explotar en emoción y, por supuesto, el poder cantar y cotorrear con estas personas lo hicieron único.



Algo que definitivamente no tengo duda, es que toda esta emoción fue también gracias a la excelente curaduría del festival. Los diversos géneros presentados crearon una energía única que poco a poco lograron elevar la energía de los asistentes. Esto, más la pasión y devoción del público mexicano, hicieron del Candelabrum III un verdadero éxito.

Escrito por Fercho Valdivia.
Soy coleccionista de vinilos y lector apasionado de temas relacionados a la música.
Insta: ferchovaldivia